Incluye el tratamiento de áreas afectadas por quemaduras que dependiendo de su grado, etiología y extensión, se tratarán de forma conservadora, con curas con cremas antibióticas, o apósitos especializados (en quemaduras más superficiles) o bien, mediante cobertura con injertos de piel, (en quemaduras más profundas).
Hay opciones quirúrgicas también en el tratamiento de las secuelas de las quemaduras, como la liberación de cicatrices retráctiles.